domingo, 16 de noviembre de 2008

El Mal Metafísico - Manuel Galvez

Las lecturas que se pueden hacer de “El mal metafísico” son riquísimas y variadas. Mas allá de que a continuación me permito transcribir parte de un análisis que hice sobre este libro, su autor y su época, quiero respetar en este primer párrafo la idea del blog y poner lo que me apasionó de la novela y de la forma en que está escrita.
En particular, gusto de las historias que me permiten conocer un poco mas modelos de época a través de sus descripciones y Galvez en esto ha sido muy generoso. Por otro lado, no puede dejar de cautivarme la historia de la vida de un escritor y mucho menos en la época de la bohemia. Leer el Mal Metafísico es como ver la película Moulin Rouge, con su generosidad de colores, imágenes y realidades fantásticas.
En ese sentido, es una lástima que la literatura de Galvez haya quedado casi en el olvido, pues, más allá de acordar o no con ciertas corrientes de pensamiento, nos dejó en su evolución literaria importantes restos de nuestra propia historia y de cómo nos pensamos en determinados momentos. Ahora sí, paso a un pequeño resumen sobre el autor y su libro. 
Para entender la literatura de Galvez (1882-1962), que confieso me sorprendió gratamente, es necesario entender un poco el contexto literario del momento. Manuel Gálvez es una de las figuras prominentes del período denominado del Centenario en la literatura Argentina. Por entonces el principal componente ideológico es el hispanismo: el espíritu de conciliación hacia España y la herencia española que tomó auge particularmente después de la guerra hispano-norteamericana, abre paso a una nueva visión del pasado y alimenta el mito de la raza. El otro componente ideológico es el nacionalismo cultural que, en el marco de una modernización y cosmopolitismo creciente, lleva a la búsqueda de una tradición nacional literaria.
El modelo filosófico de Gálvez remitía a la corriente intelectual española que se denominó Generación del ’98, cuya figura central fue Miguel de Unamuno. Al mismo tiempo su proyecto narrativo estaba ligado a dos nombres, Benito Pérez Galdós y Honoré de Balzac. Tanto el novelista español como el francés se plantearon un programa literario que recorriera todos los aspectos de la sociedad en que vivían. Gálvez se impuso un proyecto similar al que sumó además del realismo, el naturalismo de Emile Zola.Encontramos en este proyecto uno de los cambios de ideas del Centenario donde la literatura ya no es un pasatiempo sino una forma de operar sobre la realidad y, en el caso de Gálvez, educar al pueblo.
“El mal metafísico” nos permite recorrer la vida de los literatos de las primeras décadas del siglo XX. Se reflejan allí las ideas circulantes, los debates, los cambios sociales que imperaban por entonces y la incipiente profesionalización. Las escenas y la vida de los personajes se mezclan con la realidad de la vida literaria de los jóvenes del momento.
“En esa novela está reflejada la vida literaria de la juventud de mi época” Incluso Gálvez confiesa que su personaje principal Riga, es él mismo con excepción de algunos detalles. “Yo era así: tímido, soñador” (Saítta S. y Romero L., 1998:139[i]) explica recordando los resabios del romanticismo. Riga es un joven con vocación de poeta que reflexiona sobre la realidad del país y le permite a Gálvez expresar muchas de sus experiencias vividas.
El libro nos ubica en La Brasileña, un bar y café literario que funcionó en la calle Maipú 238 de la Ciudad de Buenos Aires. Allí se reúnen grupos de bohemios y otros literatos para discutir sobre variados temas: escritos, autores, libros, filosofía, política. Es interesante como a través de estos diálogos se nos plantea una época de transición que no ha terminado con el modernismo y que no llega a definir su posición de vanguardia. Personajes destacados de la vida literaria desprecian al modernismo y proclaman volver al castizo. La juventud, entre los que se encuentra Riga, defiende la literatura bella y pura que transmita en sus palabras la generosidad, humanidad y amor por una sociedad justa. La mayoría de las ideas provienen de la lectura de autores europeos, entre ellos españoles y franceses en su mayoría. Los temas de lectura incluyen desde las nuevas ciencias como la psicología y la sociología para entender a la sociedad hasta lo esotérico y lo místico.
Nuestro personaje nos permite ver como el resto de la sociedad desprecia la literatura como profesión, los que se dedican a escribir son holgazanes sin futuro condenados a la marginalidad, a la bohemia. No hay editores que se arriesguen en empresas de publicar libros, los que lo hacen son simples administradores que reciben una paga del artista. Es así que la mayoría de los literatos publica en revistas de baja calidad artículos sobre crítica literaria o de espectáculos, cuentos y poesías. 
Las nuevas ideas, la voluntad de cambio se canaliza en la publicación de revistas de cultura que toman como modelos las revistas europeas; en ellas los noveles escritores intentan hacerse conocer. La mayoría de las revistas son realizadas por un mismo grupo y persiste aún la venta por suscripción. Su público es la clase media interesada por cultivar la novedad, lo cual condena a las revistas y magazines a un público reducido. Es por ello que muy pocas revistas logran editarse en períodos largos. 
Ante una sociedad materialista en exceso, ante los escritores que tenían dinero y no eran profesionales o los que tenían un mecenas; la juventud del centenario planteaba que sí existía un escritor profesional. Desde las páginas de “El mal metafísico” se critica a un Estado que no apoyaba a las letras; que condenaba a los escritores a ser empleados en otras tareas que no eran de su vocación. Así abundaba entre estos intelectuales la pobreza, los empleos mal pagos generalmente en dependencias del Estado o en periódicos. Esta mezcla de ficción y realidad permite a Gálvez exponer su concepción sobre la vida de entonces y sobre las actitudes de los escritores que muchas veces contradicen con sus formas las expectativas que alientan de ser profesionales. Así nos encontramos con la exposición de los vicios e ideales de la juventud literaria y su vocación: la bohemia, la “automarginación”, la afición al alcohol o la falta de compromiso con la regularidad en la escritura.
A su vez Gálvez muestra el repertorio de las ideas y de cómo estas convivían a pesar de su oposición en muchos casos el decadentismo, modernismo, nacionalismo, positivismo, hispanismo, materialismo, antiutilitarismo, anticlericalismo, oscurantismo, etc. Las lecturas de los intelectuales perfilaban sus presentación en sociedad: ser escéptico “a lo Renán”, ser irónico a lo “Anatole France”, analizar la sociedad en términos de Le Bon, Bakunin, y el pensamiento socialista. Conocer la literatura francesa moderna. Filosofar con las categorías de Nietzche y Schopenhauer. Negar la inspiración del artista. Dejarse la melena “profesional”. Ser elegante y distinguido.
Gálvez usa “El mal metafísico” a modo de ejemplo: los escritores padecen de este mal de crear, soñar y contemplar pero no necesariamente el final debe ser la muerte, la marginación y la miseria sino que puede transformarse en proacción sobre la realidad. La novela es una forma de mirarse a sí mismo y a sus contemporáneos e invitar a tomar las riendas de la profesión. 

“Frente a su taza de café, Carlos Riga, en un bar apacible esperaba a sus amigos. Estudiaba Derecho, y se había iniciado, hacía poco tiempo, en la vida literaria. Se reunía todas las noches, con algunos colegas de literatura y de ilusiones, en una Brasileña, y allí, con el penoso gasto de un café inspirador, pasaban largas horas definiendo la Vida, componiendo la Sociedad, maldiciendo al odioso filisteo que les ignoraba, y engalando la pobreza y la sed de gloria con fáciles ensueños vagos. Pero como aquella noche Riga leería a sus amigos un flamante poema suyo, lejos de las curiosidades burlonas de los colegas y de las miradas desdeñosas del entonces célebre y ubicuo Celui-que-ne-comprend-pas.” Capitulo I Galvez, M. “El Mal Metafisico”, Editorial Espasa-Calpe, 3er Edición, 1962 [1917] [i] 
Saítta Sylvia y Romero Luis, “Grandes Entrevistas de la Historia Argentina”,Buenos Aires, Ed. Punto de Lectura, 1998

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7 comentarios:

Andrés Mac Lean dijo...

Me gustó mucho tu artículo. Te cuento que yo me dedico a estudiar a Manuel Gálvez hace un par de años con la idea-lejana de publicar un libro sobre su vida y su obra. Te dejo mi mail por si te queres poner en contacto conmigo:
andresmaclean@hotmail.com

Aldana H dijo...

Hola Andrés, mil gracias por tu comentario. La verdad es que es interesante estudiar a Galvez y encontrar a alguien que se interese en este tema!!!!
Gracias nuevamente por dedicarle unos minutos a leer la entrada!

Frank dijo...

Encontré tu comentario sobre El Mal Metafísico buscando en la red información sobre el libro que heredé en un lote de varios títulos interesantes. Al leer el título y hojearlo pensé enseguida en Rayuela de Cortazar y se me ocurrió que,entre otras lecturas, Galvez lo puede haber inspirado, ya que un espíritu de búsqueda del ser y "fáciles ensueños vagos" recorre ambas obras ...A seguir "aplicándonos a simétricas porfías..tejiendo naderías."(Sorry Georgie)mundoemergencia@hotmail.com

Aldana H dijo...

Hola Frank, maravillosa suerte la tuya de heredar estos títulos. Concuerdo contigo, una buena temática para analizar.
Saludos

Josefina Delgado dijo...

Muy buena tu nota, me interesa seguir tu blog.
Gracias!
Josefina Delgado

Josefina Delgado dijo...

Espeto que este blog siga activo, pasó mucho tiempo desde que comentaste a Manuel Gàlvez.

Aldana H dijo...

¡Hola Josefina! Muchas gracias por tu mensaje. EL blog sigue activo. A veces con mas o menos tiempo para compartir lecturas pero no lo abandonaré. ¡Besos!