domingo, 21 de diciembre de 2008

EL DERECHO DE SOÑAR – Gastón Bachelard

Este es un libro muy especial. Cuando comencé a escribir el blog se me acercó Mara (una compañera de facultad) y me dijo que ella adoraba un libro de Bachelard que hacía algo muy parecido a lo mío: hablaba de libros y cuadros. Resulta que su lectura le provocó conocer más acerca de esos autores, sus obras y producciones; y, en un acto de mucha generosidad me lo prestó para que lo leyera. Siempre digo que prestar libros es una acción valiente, porque uno quiere a sus libros y el contenido que les imprimió a través de su lectura. Además, cuanto mas delicioso le resulte al lector ¡más difícil es que vuelva! Justamente por entender esto es que trato de devolverlos a la brevedad sin que ello por supuesto me obligue a hacer una lectura apresurada. Como sea, ¡Mara el lunes o martes te lo devuelvo con mis comentarios en lápiz y las iniciales “AH”! J (Amo los libros que cargan en sus páginas no solo las palabras del autor sino la de los lectores… se hace tan rico…)
Pasemos ahora al libro en sí. Alguna vez leí una serie de artículos de Bachelard pero quedó ahí, en el olvido. Cuando tomé este libro no sabía muy bien cómo entenderlo. Bachelard fue un filósofo (http://es.wikipedia.org/wiki/Bachelard) que ha ejercido su influencia en pensadores posteriores, sobre todo en el ámbito que remite a la ciencia; de alguna manera este libro me sacaba de eso para entrar en sus preferencias y placeres acerca de la pintura, el gravado y la literatura. Por otro lado, El derecho de soñar, es posterior a su muerte y son una serie de textos compilados que como dice la nota de la edición en francés “No es seguro que hubiese aprobado nuestra elección ni estado de acuerdo con el orden que hemos puesto a la cabeza del volumen” porque entre otra cosas, aquí aparece más como un soñador, como un relator de lo que le provoca enfrentar determinadas obras antes que como un pensador.
El libro tiene tres partes, la primera se dedica a las artes. Aquí nos regala descripciones y sentimientos acerca de Chagal y sus láminas, las esculturas de Enri de Waroquier, los grabados de Flocon, entre otros. Este apartado es exquisito, no solo porque realmente provoca ver lo que él describió sino por la generosidad de sus reflexiones acerca de la estética y de cómo imprimen estos artistas arte en sus obras. Las reflexiones de Bachelard van más allá de la producción en sí, sino que despega a un sinfín de interpretaciones acerca del autor y del bien logrado resultado. Debo reconocer que el dato que más me atrapó se relaciona con que el autor conoce, habla, intercambia ideas y hasta pide obras a estos artistas. Es como describir un Van Gogh y charlar con el mismo Vincent acerca de cómo hace su tarea y de por qué nos provocó determinadas ideas / sensaciones / sueños. De esta primera instancia, me quedo por sobre todo con “El tratado del Buril de Albert Flocon”
La segunda parte, referida a literatura es un poco menos soñadora y más analítica. La cantidad de ideas disparadoras que despliega acerca de la literatura y la poética es abrumadora. Hacía tiempo que no me renovaba de ideas, que no buscaba palabras desconocidas en el diccionario, que no buscaba datos de escritores o corrientes literarias. Su primera producción refiere a mi amadísimo Balzac y su “Serafita”. Realmente me pareció reveladora su relación con Swedenborg y esta idea de las dos naturalezas del mismo ser. Realmente este capítulo merece ser leído y pensado. Ni siquiera es necesario haber pasado por la obra de Balzac. El análisis de la poesía de Paul Eluard me ha devuelto las ganas de volver a leer poesía, algo que tengo abandonado desde mi niñez. En fin, todos los capítulos de esta segunda parte desbordan de brillantez. Me quedo con todos, pero si debo elegir uno será la reflexión acerca de la crítica literaria de Jean Paulhan.

El tercer y último apartado se llama divagaciones. Y, no queriendo ser cruel con Bachelard entiendo la nota citada al principio de por qué no hubiese querido publicar estos artículos. Son mas bien pensamientos dispersos sobre ciertas temáticas: la radio, el espacio onírico, la máscara. En su mayoría están relacionados a cierta interpretación psicológica. Desde mi humildísima comprensión son más bien ideas sin desarrollar, algunas incluso me parecen desbordadas de puntos inconexos y no pensados en profundidad: me refiero sobre todo al capítulo sobre la máscara, donde desarrolla algunas ideas de Roland Khun y el análisis psicológico de la disimulación. A mi parecer es altamente discutible poner el travestismo, el engaño y la falsedad en un plano de máscara donde si se estudia “científicamente” aparecerían las máscaras que la gente pone en juego. Digamos que para mí se pierde el ser y no sé hasta qué punto la máscara es inherente a él, ¿por qué alguien que se trasviste posee una máscara? ¿No puede ser esta la revelación de su ser y no una disimulación? Bueno, hay mucho para cortar.
Finalmente me permito algunas sensaciones. Creo que Bachelard en este libro abre un camino, el camino de no solo describir sino de tomar obras de arte como disparadores de reflexiones muy personales. Más cercanas al placer de uno, a su voluntad de soñar que a una rigurosidad científica. La abundancia de su conocimiento y la humilde admiración que profesa por cada artista que nombra es destacable. Su lenguaje reflexivo y poético nos permite pasear por las hojas con un placer y una paz que pocos escritores provocan. En lo personal, fue una fiesta del pensamiento, un aliciente para el alma y una oportunidad de admirar a aquellos que provocan estas ganas de saber más.

“El grabado es el arte que, entre todos, no puede engañar. Es primitivo, prehistórico, prehumano. Y la concha grabó su manto en la inspiración de la sustancia de su piedra.(…) el grabado no se contempla, se reacciona, nos aporta imágenes de despertar. No es solo el ojo el que sigue los rasgos de la imagen, pues la imagen visual lleva asociada una imagen manual y esa imagen manual es la que verdaderamente despierta el ser activo en nosotros. Toda mano es conciencia de acción” Parte I, Materia y Mano, página 70.

“Fleurs de Tarbes plantea un problema que hasta ahora han pasado por alto los psicólogos estudiosos del lenguaje. Es el problema de la lengua castigada, del lenguaje vigilado, del lenguaje rectificado, del lenguaje al que se concede un valor literario. Esa valorización aun no había encontrado su filosofo, La crítica literaria que valora las obras jamás ha expuesto francamente su sistema de valores literarios” Parte II, Una psicología del lenguaje literario: Jean Paulhan, página 179

El Derecho de Soñar, G. Bachelard, Fondo de Cultura Económica, 1998 [1970]

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4 comentarios:

pedro patzer dijo...

qué tal Aldana! llegué a tu blog porque estoy leyendo el derecho a soñar, de Bachelard, y entre mis apócrifas anotaciones, necesité averiguar algo de este maravilloso y misterioso libro. Tu reseña me asombro, sobre todo por tu sensibilidad. Te recomiendo que te acerques a un libro de mi poeta favorito "Víctor Hugo", el texto que te recomiendo se llama "Shakespeare" y se supone que Hugo hace una biografía del gran escritor inglés, sin embargo, el autor de Los Miserables, crea una obra majestuosa de la creación. INtuyo por la sensibilidad que transmitiste en la impresión que te causó "El derecho de soñar" que este libro te va a conmover, a propósito, lo tengo tan marcado que parece un patio luego de la rayuela. UN placer haber llegado a tu universo. Me gustaría que entraras a mi blog.
saludos
Pedro
Buenos Aires, Argentina

pedro patzer dijo...

pqué tal Aldana! llegué a tu blog porque estoy leyendo el derecho a soñar, de Bachelard, y entre mis apócrifas anotaciones, necesité averiguar algo de este maravilloso y misterioso libro. Tu reseña me asombro, sobre todo por tu sensibilidad. Te recomiendo que te acerques a un libro de mi poeta favorito "Víctor Hugo", el texto que te recomiendo se llama "Shakespeare" y se supone que Hugo hace una biografía del gran escritor inglés, sin embargo, el autor de Los Miserables, crea una obra majestuosa de la creación. INtuyo por la sensibilidad que transmitiste en la impresión que te causó "El derecho de soñar" que este libro te va a conmover, a propósito, lo tengo tan marcado que parece un patio luego de la rayuela. UN placer haber llegado a tu universo. Me gustaría que entraras a mi blog.
saludos
Pedro
Buenos Aires, Argentina

Aldana H dijo...

Hola Pedro, ante todo gracias por tomarte unos mins para hacer este comentario ¡es un acto valiente! jaja Seguro que voy a dedicarle días de lectura a Victor Hugo a quien admiro profundamente. Ya tengo en vista tu blog; tremenda producción hay allí. Lo leeré con gusto.
Saludos,
Aldana

Unknown dijo...

disculpa pero los grabados de foclon no aparecen en ninguna parte de la red como las localizo nisiquiera el autor esta