domingo, 25 de enero de 2009

CUENTOS DE ESPANTOS Y APARECIDOS – Coedición Latinoamericana

Este librito sencillo y de menos de cien páginas puede proporcionar mucho placer y gracia durante su lectura. Fue un hermoso regalo que ya lleva bastante tiempo conmigo, mas precisamente en el año 1993 llegó a mis manos, cuando tenía unos 16 años y estaba muy entusiasmada leyendo materiales de leyendas y cuentos populares. Digamos que capturan mi atención estas historias misteriosas que afirman tener testigos.

La riqueza de estos cuentos radica en esta mezcla de folclore latinoamericano (un poco nativo, un poco afro) que se fue sumando a los tradicionales relatos de brujas y aparecidos europeos. Curiosamente, tanto en Europa como en Latinoamérica muchas de estas historias siguen vivas y son tan relatadas como dadas por ciertas. El misterio de la muerte y el temor a lo desconocido han alimentado y, lo siguen haciendo, numerosas leyendas que tratan de dar alguna luz sobre un mundo impreciso y mágico.

 “Cuentos de espantos y aparecidos” nos presenta once historias acompañas cada una con su dibujo. Las ilustraciones son tan sencillas como bellísimas y representativas. Los cuentos fueron seleccionados por país respetando el registro más original de la historia. Así nos encontramos con duendes que seducen a niñas cantando coplas como el sombrerero de Guatemala, espíritus que defienden la naturaleza y castigan a quien la daña como la marimonda colombiana o barcos embrujados que navegan sin encontrar puerto como el Caleuche en Chile.Cada relato es agradable a la lectura e interesante; nos permite de alguna manera reencontrarnos con la tradición oral de cada región y nos deja esa cuota de misterio que nos invita a investigar un poco más.

En particular disfruté muchísimo de este libro. Me permitió aprender o fijar algunos datos sobre los protagonistas ya que,  si bien alguna vez mi madre o abuela me relató alguno, desde ya la oralidad trae consigo cierta contaminación de lugares y personajes. Más allá del goce de su lectura es gratificante darse cinco minutos para tratar de pensar el mensaje que transmiten ciertas historias. Adoro el cuento de la Marimonda y a él voy a dedicar mi cita. Pero antes del final, me permito algún consejo: creo que ya sea para lectura recreativa o para entretenerse en algún análisis los cuentos tradicionales de toda Latinoamérica merecen su atención.

  “(…) Jacinto sintió un escalofrío que le corría por la espalda. Se acordó entonces del Runcho Rincón. Hacía mucho tiempo ya que este hombre tumbaba árboles de la cabecera del río, allá arriba en el monte. Cuando los campesinos se dieron cuenta, le preguntaron por qué lo hacía y él explicó que unos señores del aserrío le pagaban por cada árbol cortado. Serafín, el hombre más viejo del pueblo, le advirtió - Mirá, Runcho, no te metás a dañar el monte. Eso es peligroso, puede venir la marimonda (…)”
Cuentos de espantos y aparecidos. Coedición latinoamericana (CERLALC – Unesco). Editorial Plus Ultra, 1984.

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domingo, 11 de enero de 2009

CARNAVAL EM MADUREIRA - Tarsila Do Amaral


Amaral, Tarsila do Carnaval em Madureira , 1924 óleo sobre tela, c.i.d. 76 x 63 cm
Me costó mucho encarar una descripción de este cuadro, porque es muy difícil mirarlo en el detalle: se nos presenta como un conjunto de imágenes y colores en su totalidad, se ve y se aprecia desde el todo y es ardua la tarea de meterse en sus partes. Además, verán en la descripción que se me cuelan los adjetivos ¡no pude evitarlo!
La copia del cuadro la tengo desde hace años, cuando un compañero de la oficina me la envió. El año pasado, cuando el MALBA presentó una muestra de Tarsila vino a mi mente de nuevo. Por un tiempo tuve la foto del cuadro en el MSN y fue curiosa la cantidad de reacciones que provocó: algunos me preguntaban si la forma más grande que aparecía era una “A”, otros se preguntaban si era la Torre Eiffel pero esto generaba discusión porque no tenía sentido verla inserta en un paisaje de Brasil. Sin embargo es así, “Carnaval em Madureira” forma parte de la segunda etapa de la pintura de Tarsila do Amaral. Etapa provocada por sus viajes a Europa y su contacto con el modernismo y el cubismo. Tarsila nunca se alejó del paisaje de Brasil y en esta obra plasmó de alguna manera esta mezcla de París con Río de Janeiro y su carnaval. Antes de pasar a la descripción del cuadro y ya aclaradas las dificultades que me trajo, les sugiero que entren a la página de una de las más grandes artistas de Brasil, sus cuadros me resultan exquisitos. http://www.tarsiladoamaral.com.br/
El cielo es claro, casi blanco con apenas alguna pincelada celeste que nos indica que es el cielo justamente. Hasta la punta del cielo llega la torre, con banderas de colores en naranja, blanco y rojo que coronan su cúspide/visor de tonos verdes y naranjas. La forma de la cima es extraña, como una cueva o quizás algún faro de vieja arquitectura, ahora pienso que podría ser la punta de un morro; no parece parte de la torre. Del costado del visor hay algo que se sostiene, no sé por qué me hace pensar en los teleféricos que te suben al Pão de Açúcar en Rio de Janeiro, aunque la forma que nos presenta Tarsila es más bien de una especie de globo “chato”.
También llegan al cielo las montañas redondas y verdes acompañadas de una especie de montaña hecha de bloques de piedras cual piedra movediza de Tandil. Sobre el cielo también tenemos la única palmera que nos regala el cuadro: con tres hojas verdes y su tronco marrón, bellísima. Desde el costado de la palmera y sobre las mismas montañas ya aparecen las casas, de techo a dos aguas o cuadradas, de costado y de frente, con banderas algunas… cada hogar tiene colores que les dan calidez; efectivamente las gentes que circulan por esta pintura viven ahí, hay relación entre sus figuras y las casas, entre sus vidas y sus hogares. Vaya manera romántica de representar las favelas, se hace un paisaje hermoso y generoso.
Sobre el pie de la torre, aparecen las personas. Noto ahora que excepto por los niños todas son mujeres. De piel oscura, algunas llevan sombreros, pañuelos o canastas sobre sus cabezas que siempre están de perfil; son altas y bajas, gordas y delgadas pero todas estilizadas. Sus vestidos de colores únicos en naranja, verde, amarillo y celeste forman sus cuerpos en movimiento. Llama mi atención la mujer negra alta, altísima y delgada, tanto que sobrepasa el primer nivel de la torre. Es bella y es la única que tiene collares colgando y que no lleva vestido, sino blusa y pollera. A su costado derecho hay cuatro niños y un perro con capa de tres colores. Y a su izquierda aparece como una especie de carroza con niños y una mujer.
Todo está montado sobre un piso verde en los costados, pero es la playa, vemos arena y agua sobre el borde bajo de la pintura. Las banderas y los círculos de colores que rodean la torre nos dicen que es carnaval. El cuadro, nos transmite alegría sin dejar de ver la realidad del Brasil más pobre, el Brasil que quiere transmitir su autora: sencillo, natural, exuberante y armonioso.
A todos los interesados en artistas, obras e historia del arte los invito a mi canal de youtube https://www.youtube.com/user/aldirh01 ¡Los espero!

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